domingo, 13 de junio de 2010

Y ella me dijo:

“Escribe un libro”

Conocí a Inés cuando pasaba por uno de los momentos más duros de su vida. Todo empezó cuando se palpó un bulto que terminó siendo un cáncer de los más agresivos uno que resistió a dolorosas quimioterapias y amenazaba con vencerla.

Inés me había enviado de regalo su cd favorito, una gorra que usaba para cubrirse su cabeza después de las quimioterapias, una carta y unos chocolates. Al parecer se despedía de mí pensando que después de otra operación y más quimioterapias tal vez ya no podría decirme ni siquiera adiós.

La muerte ronda y respira en el cuello de los enfermos de cáncer, ellos se asustan y luego aprenden a convivir con ese temor pues aprenden que solo hay un camino y es luchar con todas las fuerzas con toda el alma. Finalmente el cáncer le dio un respiro a Inés y su cabello volvió a crecer al igual que sus ganas de vivir, de ser feliz. Tres años magníficos donde el cáncer solo era ya un recuerdo y donde otros sueños se comenzaban a materializar, estaba enamorada y parecía que todo era perfecto que nada le robaría ya esa dicha alcanzada. Un día me dice que tiene un dolor intenso que parece que es la vesícula, le digo que vaya al médico que si es vesícula tendrá que operarse y quedará muy bien porque eso hizo mi amiga Ruth y ahora esta perfecta. Me dice que irá y que me contará si la operaran o no.

Pasan los días y ella me habla para contarme que no era vesícula, me dice entonces: “el cáncer volvió.” la noticia me deja helada sin poder decir algo que la pueda consolar y yo que presiento que el cáncer se asoma no solo a su vida si no también a la mía le digo únicamente “quiero ayudarte dime como”. Ella me pide algo que no espero, que no podré hacer me dice: “Escribe un libro y cuéntale a las personas como es el cáncer”.

Entonces Inés me cuenta de personas que conoció en el INEN que es el Instituto de Enfermedades Neoplàsicas donde se atienden los pacientes de cáncer entre ellos indefensos y frágiles niños de todos los lugares del Perú que llegan a Lima con la esperanza de recuperarse, niños, jóvenes y adultos con los que ella ha compartido esos espacios y los duros y costosos tratamientos contra el cáncer.

A pesar de todo lo que ella me cuenta se me hace difícil cumplir su pedido pues nunca he escrito un libro e insisto y le digo que quiero ayudarla.

Entonces rompiendo su silencio triste me dice:

“cómprame una pollada” ríe mucho y yo solo sonrío porque eso es un chiste ella vive en otra ciudad y pienso que tal vez si hablo con sus amigos encuentre una forma de estar en esas polladas sin estar.

El tiempo pasa Inés lucha quimioterapia tras quimioterapia cierto día la llamo y me contesta una voz desconocida, el tratamiento le ha cambiado la voz, me cuenta que acaba de salir de una quimioterapia y se siente muy mal pero que tiene fe y sabe que con la ayuda de Dios sanará. Yo le digo que sí, que conserve la alegría que eso eleva las defensas, que pronto esto será un mal sueño…me despido porque el cambio de su voz me deja desconcertada, también es tarde y ella está cansada.



Otro día hablamos y yo que siempre le doy ánimo tengo algo triste que contarle:

“mi madre tiene cáncer.”

Tal vez ahora si sepa cómo escribir un libro al respecto porque algo es cierto solo cuando nos sucede comprendemos de que se trata, solo cuando sentimos en carne propia el dolor y la encrucijada en que nos coloca esa temible enfermedad, es cuando recordamos las veces que nos perdimos de aprender de ella de sensibilizarnos y solidarizarnos con quienes la padecen. También es cuando comprendemos el valor de la familia que se une, el valor de la verdadera amistad, del verdadero amor que te hace sentir que no estás tan sola como pensabas que si se lucha, que si estas con ellos todo es posible incluso vencer un cáncer.

Quizá después de todo no solo escriba un libro si no que aprenda a ponerle corazón a todo. Espero escribir sobre Inés, sobre su fuerza y amor por la vida, espero escribir que se sanó gracias a Dios y gracias a aquellos que la sostuvieron en estos tiempos.

Espero escribir también que mi madre sanó, que se cumplió el sueño de ver a su nieta mayor el día de su graduación.

Y como ellas miles de personas esperan también vencer, vivir y volver a reencontrarse con sus seres queridos de quienes se alejan para venir a Lima a boxear contra el cáncer a pesar de sus frágiles cuerpos, de sus cortos años ellos tienen esperanza, confían en nuestro creador allá arriba, en los especialistas y en la solidaridad de nosotros sus hermanos y hermanas.

Este mes de junio es la campaña de lucha contra el cáncer “PONLE CORAZÒN” que ayuda a muchos niños provincianos a vencer esta costosa enfermedad.


Ponle corazón es un voluntariado de la Fundación Peruana de Cáncer, formado hace 24 años para hacer realidad la noble iniciativa de un grupo de escolares de ayudar a sus compañeros enfermos de cáncer y de escasos recursos económicos de todo el Perú. De esta manera se crea la colecta Ponle Corazón que se realiza una vez al año y cuenta con el respaldo de todos los centros educativos del país.

Acuérdate ‘Ponle corazón’ apoya esta colecta que se realiza a nivel nacional haz tus donaciones. Te damos los números de cuenta del Banco de Crédito.

En soles 191- 0333333 0 99 y en dólares 191 0033999 1 32.



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