sábado, 16 de marzo de 2013

Mi celeste bandera, mi terruño, mi Talara.



Comento en mi Facebook sobre el embanderamiento de la ciudad por nuestro 57 aniversario, me emociona la idea de por primera vez ver flamear en lo alto de mi casa la celeste bandera de nuestra provincia aun cuando no viva en una de las calles principales de Talara; donde el acto es mucho más importante.
Félix, que vive en Argentina me pregunta que cuando cambiaron la bandera de Talara de granate a celeste y Héctor me dice que eso de la multa por no colocar la bandera es ilegal porque no hay una ordenanza municipal que reconozca la creación de la bandera ni su autoría. Creo que lo de la multa es un método forzado de aprendizaje que en el futuro se reflejará positivamente cuando sin necesidad del temor a una multa nos emocione preparar nuestro aniversario.
Que se confunda el color de la bandera de nuestra provincia con la del Club Deportivo Atlético Torino o  el Himno a Talara con la polka de Francisco Javier “Talara tú” o que nuestra bandera no cuente con reconocimiento legal nos indica que adolecemos de  una ausencia profunda de identidad.
Mi amigo Jaime es un hincha del futbol pero sobre todo es el hincha número 1 de su natal Pisco donde vivió hasta los 14 años. Él sabe todo lo que ustedes se puedan imaginar sobre Pisco, conoce todos sus atractivos y los proclama con emoción a quien quiera escucharlos. Cuando viaja de Lima  a Pisco lleva a sus hijos y esposa que son limeños, les cuenta historias de su niñez en su pueblo. Con el correr de los años han logrado recorrer todo Pisco en cada visita. Le gusta escuchar y cantar una canción que habla sobre otro suelo querido entonces se le quiebra la voz y le emociona el alma. Me ha cantado de memoria todas las estrofas de su extenso himno este pisqueño que no puede creer que una talareña diga que es piurana. El jamás diría que es Iqueño al contrario, aclararía a quien se confunda o concluyera erróneamente su origen.
Cuantos de nosotros cuando salimos de Talara  decimos que somos de Piura un poco porque siempre habrá fuera quien no tenga idea de donde está Talara y otra razón es que como no hemos vivido esa pasión de ser talareño le restamos total importancia al tema. A cuantos nos preguntan fuera del terruño por ¿cómo es Talara?  Lo primero que se nos viene a la mente es la Plaza de Armas, la refinería, alguna playa, uno que otro lugar más  y de pronto un suspiro y un silencio.
No sentimos orgullo por la  ciudad que no conocemos y cuando  reflexionamos sobre nuestro amor por ella no tenemos argumentos para hablar  de sus atributos y bondades. Los medios de comunicación no ayudan pues a diario escuchamos a veces mientras buscamos informarnos un rosario de la terrible ciudad en que vivimos y algunos de sus terribles habitantes.
Vivo en el cono norte donde los triciclos municipales de recojo de basura arruinan la vista arrojando la basura recogida en un enorme hoyo frente al mar. Sin duda este no es el paraíso. Sin embargo esa es solo una cara de la moneda la que siempre hay que combatir y denunciar por supuesto. Pero ¿y la otra cara de la moneda? ¿la Talara que hay que amar y por la cual sentir orgullo? De esa Talara poco se habla. No hay excusa para no identificarnos plenamente como talareños orgullosos de vivir en esta tierra que nos vio nacer.
En las escuelas se ha hecho una gran labor en este tema. Desde hace  una década el himno a Talara es cantado todos los lunes y fechas importantes junto al himno nacional. Se habla y promueve el saber sobre Talara. Hemos avanzado un pasito.
Hace una tiempo conocí a nuestro artesano y escultor Mario Quevedo Urbina en una entrevista radial y con asombro escuché por primera vez hablar de un bosque petrificado en La Brea-Negritos, del tigre dientes de sable que habitó estas tierras alguna vez, de los antiguos pobladores de Talara y la riqueza marina que habita en ella, de sus artesanos. En otra ocasión entrevistando al profesor Baudilio Chapilliquen aprendí sobre los maravillosos paisajes que ofrecen nuestras playas desde Punta Balcones hasta Mancora y durante mucho tiempo su “Compendio Histórico de Talara” fue el libro de consulta escolar sobre el tema. Hay gente que tiene mucho que enseñar sobre nuestra tierra.
Somos una provincia relativamente joven, forjada por foráneos pero ya echamos raíces  esta es nuestra tierra y la de nuestros hijos. Aquellos talareños que se fueron se llevaron hasta la costumbre del columpio y el jardín en la entrada de la casa, todos saben entonces que esos son  talareños, los que con nostalgia recuerdan y añoran lo que alguna vez fue Talara “la ciudad jardín”. Hay que soñar con volver a ser una ciudad jardín, limpia, segura con su columpio a la entrada de la casa. Tal vez tendremos que ahorrar e invertir mucho para ese sueño pero esos fuimos, esos somos en el fondo.
Es tiempo de amar el terruño, de salir a conocerlo, de limpiar las playas y la ciudad, es tiempo de no ensuciar,tiempo de viajar por nuestra provincia con la familia, tiempo de que esa historia que guarda Talara sea puesta en boca de todos, es tiempo de sentirnos verdaderamente orgullosos de ser talareños. Es tiempo de mostrar la mejor cara de la moneda.
Desde aquí nos comprometemos en hacer una campaña que nos ayude a conocer de cerca todo lo que es Talara. Es importante conocer para amar el terruño. Las autoridades, educadores y líderes de nuestra comunidad tienen mucho trabajo al respecto. Vamos a celebrar nuestro 57 aniversario de creación política con nuestra bandera, nuestro himno, con nuestro amor por Talara,uno lleno de responsabilidad, de compromiso.
La bandera de Talara por cierto se le atribuye al profesor Roberto Rumiche Chunga quien por encargo del desaparecido médico y burgomaestre de entonces Don Luis Romero Agurto e inspirado en el color de nuestro cielo y el manto de la virgen María crea nuestra celeste bandera. El profesor también es creador de las banderas de los distritos de Lobitos y Los Órganos.
Al cierre de esta nota el creador de la bandera de Talara celebraba una reunión con representantes del gobierno local para solicitar que este gobierno le otorgue la autoría de la bandera bajo una ordenanza municipal. Justicia que esperamos logre alcanzar. ¡Viva Talara!


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