CANDIDATOS Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Preguntando en un intento de sondear qué candidatos ya están en boca de todos, me encuentro con sorprendentes reacciones de mis interlocutores. Sin duda la crisis originada por una medida cautelar que dispone la reposición en el cargo de alcalde provincial al legalmente vacado por el JNE Ing. José Alfredo Vitonera Infante, ha quebrado el espíritu del electorado.

No es para menos. Las bochornosas escenas originadas por los seguidores de José Vitonera en el frontis del palacio municipal dejan el mal sabor de ver en acción a una clase política local muy venida a menos, y a un electorado indignado que al ser consultado por sus preferencias electorales para este proceso de octubre próximo arremete con calificativos desdeñables contra los políticos de quienes se espera siempre más de lo que parece pueden dar.



No hace falta ser un analista político para darse cuenta del fracaso de este gobierno municipal actual envuelto en supuestos casos de corrupción y malos manejos económicos que como lo dijo uno de sus detractores dejará al próximo gobierno municipal un “fierro caliente” que el alcalde o alcaldesa que el pueblo elija en octubre, deberá tomar con guantes especiales para demostrar que el voto concedido debe ser honrado con un gobierno transparente y eficiente. ¿Será posible tanta belleza?



Ya son varios los candidatos que aspiran a ocupar el cargo de alcalde. Están los de siempre, digo los de siempre con respeto y admiración porque es una muestra creo yo de su firme y sólida vocación política y también están los noveles, listos para sorprender esperemos gratamente. Tanto los primeros como los segundos tendrán la tarea titánica de convencer no con palabrería barata, promesas y ataques bajos a sus contrincantes; si no con ideas al siempre disperso electorado local que busca desde hace tiempo en su derecho a voto el verdadero desarrollo de Talara.



Los candidatos tendrán que plantear su plataforma de gobierno en puntos que aborden la verdadera problemática local y no irse por las ramas ofreciendo los imposibles de siempre, que después los dejan como viles mentirosos que se aprovechan de las necesidades de sus electores quienes ingenuamente sin analizar creen en sus promesas de campaña.



OJO AL PIOJO



Algunos candidatos han decidido comprar sus propios espacios radiales para desde ellos llegar a un mayor número de electores y también para desde allí poder neutralizar cualquier contracampaña de sus adversarios. Dicho así parece totalmente legítimo puesto que las ultimas campañas electorales han sido una guerra por cierto bastante sucia donde más de un locutor se convirtió en abanderado de determinado candidato, hecho también legítimo si no fuera por el nivel del abanderamiento sobre el cual primaba el insulto, la vulgaridad y una total falta de respeto y consideración a los oyentes.

Algunos locutores llegaron hasta enfrentarse entre ellos en una batalla campal donde ya no se hablaba de las virtudes o defectos de sus candidatos, si no de la vida privada de los locutores en un afán de descalificar por rebote a los candidatos por los cuales estos se pusieron la camiseta. ¿Se repetirá la historia en estas elecciones?



Que los candidatos tengan sus propios espacios radiales o televisivos me parece un interesante tema que no necesariamente los va a favorecer y digo esto porque será el público quien decidirá si escucha o no estos espacios. Será bueno ver qué temas de fondo y qué alternativas de entretenimiento plantean para tener un público cautivo.



Tal vez se conviertan en propuestas ricas que brinden al público espacios para el diálogo político y el debate democrático alturado. Estos programas serán la imagen del candidato por lo tanto deberán ser la antítesis de los no pocos programas “informativos” que se difunden en el éter y cuyos conductores (no todos) harán de todo para desprestigiar a los nuevos programas ya sea por cuenta propia o por encargo. Así es amigo lector, lamentablemente así funcionan algunas cosas en nuestra ciudad salvo honrosas excepciones que siempre las hay.



En este sentido hay una gran responsabilidad que deberían asumir los propietarios de los medios de comunicación (radio o televisión), respecto a la calidad del mensaje que el oyente o televidente recibirá. Creo que como mínimo y en aras de los postulados del periodismo (informar, educar y entretener) exigir en sus contratos disposiciones que protejan al público. La libertad de expresión, no es libertinaje.



Las expectativas de los medios de comunicación de incrementar sus ganancias son grandes en esta campaña electoral. Los espacios radiales han duplicado sus tarifas, una hora en una radio puede llegar a costar 1,200 soles o más y en TV las tarifas son mayores aún. No es suficiente el cómodo letrero antes y después del programa que dice:

“Este es un programa contratado, esta emisora no se responsabiliza ni solidariza por las opiniones que en el se difundan…”



Señores propietarios el público también merece ganar algo en esta campaña electoral: RESPETO por ejemplo.



El periodismo se enfrenta a un reto en estos tiempos electorales y no es a quién le harán la campaña y cuánto ganarán por ello, el reto será cuán éticos y democráticos podrán ser sus espacios radiales y televisivos teniendo en cuenta que quienes contraten propaganda electoral en dichos espacios podrían querer convertirlos en aliados incondicionales y portavoces no precisamente de buenas nuevas. Hay un dicho que dice “dale poder a un hombre y lo conocerás”. En estas elecciones el poder de influencia de los medios de comunicación nos dejará conocer la calidad humana y ética de más de un comunicador y de más de un candidato, también.